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Cuando un vehículo falla, muchos piensan en mala suerte, piezas defectuosas o problemas de fábrica y aunque todo esto sea posible, la realidad es que una buena parte de las averías más comunes -y caras- que sufren las motos tienen un origen mucho más simple: los errores de mantenimiento.

Prevenir es lo mejor para mantener tu moto en buen estado: pequeñas reparaciones pueden evitar costosas averías

Ya sea por desinformación, por dejarlo estar o por confiar en que “todavía aguanta”, muchos motoristas cometen errores de mantenimiento que hacen sufrir a la moto y que, con el tiempo, pasan factura. Lo peor es que la mayoría de estos descuidos son fáciles de evitar si se conocen y se actúa a tiempo.

1. Ignorar los cambios de aceite

No cambiar el aceite a tiempo es uno de los clásicos. Con el uso, el lubricante pierde propiedades y se carga de impurezas. Un aceite viejo deja de proteger correctamente el motor y acelera el desgaste interno. Por tanto, no hay excusa: respetar los intervalos del fabricante es clave.

2. No revisar ni lubricar la cadena

La cadena necesita atención constante. Si está muy seca, sucia, floja o tensa, no solo se desgasta más rápido, sino que pone en riesgo al kit de arrastre completo. Además, una cadena en mal estado puede comprometer la seguridad si se sale durante la marcha.

3. Rodar con neumáticos en mal estado o mal inflados

Los neumáticos son el único punto de contacto con el suelo. Mantener la presión correcta y revisar el estado de la goma (desgaste, edad, deformaciones) no es opcional. Una presión inadecuada cambia el comportamiento de la moto, afecta el frenado y acelera el desgaste.

4. Descuidar el sistema de frenos

Esperar a que los frenos “suenen” es una malísima idea. Las pastillas deben revisarse antes de que se gasten por completo, y el líquido de frenos -que absorbe humedad- debe cambiarse cada uno o dos años. Frenar bien es una cuestión vital ya que garantiza nuestra seguridad.

5. Repostar combustible de mala calidad

El combustible barato o de procedencia dudosa puede contener impurezas, agua o tener un octanaje inadecuado. Las consecuencias se notan a largo plazo: problemas en el sistema de alimentación, fallas en la combustión y menor vida útil del motor.

6. Olvidarse de la batería

Muchos solo se acuerdan de la batería cuando la moto no arranca, pero con un poco de atención es posible alargar su vida útil: revisar voltaje, limpiar bornes y, si la moto va a estar parada, desconectarla o mantenerla con un cargador adecuado son algunas buenas prácticas para mantenerla en buen estado.

7. No cambiar el filtro del aire

Un filtro sucio restringe el ingreso de aire al motor, lo que afecta la mezcla, el rendimiento y el consumo. Es un componente barato y fácil de reemplazar, pero es habitual que lo pasen por alto hasta que empiezan los síntomas.

8. No revisar tornillo ni elementos sueltos

No revisar tornillos, soportes, manillares o anclajes puede terminar en partes sueltas, ruidos molestos o incluso en una pérdida de piezas mientras se conduce. Hacer un chequeo rápido cada cierto tiempo evita estos problemas.

9. Ignorar señales de alerta evidentes

Si se detectan ruidos nuevos, dificultad para arrancar, vibraciones extrañas, olor a quemado… Todo eso son señales que muchos usuarios minimizan o directamente ignoran. Esperar a que el problema sea evidente (o ineludible) es una garantía para terminar en el taller con una reparación mayor y más cara.

10. Saltarse el mantenimiento preventivo

Este es uno de los errores de mantenimiento de la moto más comunes y peligrosos: pensar que, si la moto funciona, no necesita revisión. El mantenimiento preventivo no es un lujo, es una inversión en seguridad y durabilidad. Muchos fallos graves se pueden evitar detectando a tiempo desgastes, fugas o desajustes que no dan síntomas inmediatos. Esperar a que algo se rompa para actuar siempre sale más caro, en tiempo, dinero y a veces en salud.

Artículo extraído de:
Motos.net